martes, 28 de octubre de 2008

¡Prepararos para arder en el infierno de la ignorancia!

La lección aprendida del pasado miércoles es sobre algo que tiene un punto de misterioso y de predecible, de real y de inmaterial. Has oido hablar de ella muchas veces pero nunca la has percibido con tus propios sentidos ni tienes una idea clara de en qué consiste o de cómo es. Existe pero no existe y no siente pero sí se padece. Dicen de ella que predice el futuro, que se adelanta al tiempo presente aunque, desde mi punto de vista, de un modo mucho menos elegante y didáctico -tanto en forma como en fondo- que la bola de cristal de Alaska. Tiene lugar en una realidad paralela que no es el cielo ni el país de Nunca Jamás pero que consigue despertar sentimientos que en mucho se parecen a la fé. Es la bolsa, ese ente cuasidivino que, como tal, tiene sus locos integristas, sus creyentes no practicantes y una ingente masa de hombres pasivos que viven tan aislados de sus designios como felices.

Siendo esto así, ¡preparémonos, oh ilusos hermanos, para arder en el infierno que esta cruel ignorancia nos depara a aquellos que decidimos no dedicar interés alguno a las fluctuaciones del mercado!

Y, mientras tanto, procuremos ser felices

Publicado por Pablo

1 comentario:

Raúl Useros dijo...

Viva el mal!!!
Viva el capital!!!

Como diría nuestra añorada Bruja Avería en La bola de cristal