viernes, 19 de diciembre de 2008

FOTOGRAFÍA Y REALIDAD SOCIAL

Henry Cartier-Bresson nació en Francia en Chanteloup en el seno de una familia de un gran industrial. Obtuvo su primera Leica (cámara fotográfica) en 1932. Con ella conseguía fotografiar al sujeto de una forma discreta sin distraerlo. Disparaba en un breve instante, lo que él definía como el momento decisivo. No le gustaba ser fotografiado, quería pasar desapercibido para poder tomar sus fotografías discretamente. Tanto es así, que para su muerte, la familia respetó su voluntad y no avisó a la prensa para que no tuviesen fotos de su último momento. Fue llamado a filas en 1940, para la Unidad de cine y fotografía del ejército francés. Durante la II Guerra Mundial le detuvieron los alemanes durante 35 meses. Después de tres intentos escapó de la prisión de Wuttemberg dirigiéndose a París, allí trabajó para la Resistencia en 1943.Organizó la filmación y fotografió la Ocupación y la Liberación de París. En 1947, junto a Capa, Saymour y Rodger fundaron la Agencia Mágnum, una cooperativa de fotógrafos comprometidos y pensantes. Durante veinte años recorrió todo el mundo siendo considerado uno de los reporteros más importantes de su época. Cartier Bresson documentó actos tan importantes como el funeral de Gandhi (siendo el ultimo en fotografiarlo), la Guerra Civil en China, el Che en Cuba y muchos otros...Abandonó Mágnum en 1966 volviendo al dibujo y a la pintura, aunque siguió con la fotografía. Para él "La fotografía es, en un mismo instante, el reconocimiento simultáneo de la significación de un hecho y de la organización rigurosa de las formas, percibidas visualmente, que expresan y significan ese hecho". Murió a los 95 años de edad el día 3 de Agosto del 2004 en su residencia "Le Claux" al norte de Marsella-Francia. Fue el último de los fotógrafos míticos de Magnum en irse.
La fotografía adjunta a esta entrada, lleva como título Brasserie Lipp, y fue tomada en París en el año 1969. He escogido dicha fotografía porque considero que transmite varios mensajes claramente y al mismo tiempo. Por un lado, en 1969, las mujeres comenzaban a liberarse de ciertos roles sociales, vestían minifalda, eschuchaban rock&roll, y se mostraban en público solas; acababan de emanciparse del paternalismo masculino, de las cargas naturalmente impuestas del hogar y los hijos, podían elegir, y una corriente de auténtica libertad comenzó a configurar desde sus mentes hasta la moda que vestían. La mujer que aparece en primer plano, simboliza para mí todas aquellas transformaciones; el cambio, lo nuevo, lo joven, lo libre. En un segundo plano sin embargo se nos muestra lo estático, lo antiguo, lo viejo, lo apegado, la mujer aun sometida, reprimida, absolutamente pudorosa, los viejos valores, las antiguas concepciones, la tradición.
En esta fotografía por tanto, y en mi opinión, Cartier-Bresson supo captar mágicamente el pasado y el presente interactuando, unidos por el tercer aspecto por el que se ha elegido esta fotografía; ambas mujeres, a pesar de las diferencias evidentes y ya mencionadas, coinciden en el mismo lugar, y ambas se dedican a la misma actividad: leer el periódico. Así que están unidas en cierta manera. Si observamos con detenimiento la cara de la mujer que simboliza el pasado, podemos hallar en su rostro un rictus divertido, mezcla de asombro e indignación, pero también de curiosidad, como si se preguntara "¿Qué tengo yo en común con esta mujercita desvergonzada?", y como si al mismo tiempo se percatase de la evidencia de su respuesta "No seremos tan diferentes si ambas estamos haciendo las mismas cosas". Puede que detrás de su indignación se hallara la envidia escondida, quizás, a esta anciana le hubiese gustado poder hacer lo que le hubiese dado la gana cuando tenía la edad de la joven de la fotografía, y quizás por el hecho de que no pudo, o no supo, o no se atrevió a hacerlo, repudiaba a nuestra joven, simple y llanamente, porque le recordaba su propia sumisión.
Actualmente, y a pesar de que las mujeres hemos conseguido enarbolar muchas banderas, la distancia generacional existe. Quizás las mujeres y los hombres mayores de hoy en día no se escandalicen cuando ven a una mujer joven vestida de forma atrevida, pero ¿qué pensarán de los tatuajes, de los piercings, de los besos apasionados en la calle, de las crestas y de otras muchas cosas? Lo antiguo y lo moderno interactuando, existiendo a un mismo tiempo, encarnándose en los seres humanos. El prejuicio siempre presente, pero todos iguales, hombres y mujeres. Todos seremos lo joven y lo nuevo, lo viejo y lo antiguo, y quizá, dentro de muchos años, nos escandalicemos cuando miremos a los jovenes de nuestro viejo tiempo. ¿Qué le sorprenderá a nuestros ojillos arrugados?
Publicado por Montse

1 comentario:

Raúl Useros dijo...

Felicidades, estuvo muy bien

Saludos y felices fiestas