domingo, 18 de enero de 2009

Karl Marx (II): plusvalía, capitalismo y ejército de reserva…

Como concepto básico, podemos identificar un sistema capitalista cuando la propiedad de los medios de producción corresponde a un conjunto de individuos, mientras que otros realizan el trabajo necesario para la producción, trabajo que se convierte en una mercancía más dentro del sistema.
La fuerza de trabajo, convertida en mercancía, es el trabajador mismo, que vende su trabajo a cambio de un salario durante un periodo de tiempo determinado. En este caso, hay que desechar la posibilidad de que la plusvalía surja del proceso de circulación mercancías, pues no pueden transferir al producto más valor que el que en sí contienen. Así, el valor de la mercancía “fuerza de trabajo” es un concepto inseparable del de plusvalía, incluso se puede decir que la fuente de trabajo es la fuente de la plusvalía.
Siguiendo este hilo argumental, en un día, un trabajador produce más que los medios de subsistencia de un día, dividiéndose su jornada de trabajo en dos partes, trabajo necesario y trabajo excedente o plusvalía. Así, se puede dividir el valor
Podemos por todo lo anterior dividir el valor de cualquier mercancía producida en tres partes:
El valor de los materiales y la maquinaria usada.
La fuerza de trabajo necesaria.
La fuerza de trabajo excedente que crearía la plusvalía.
Marx trabaja, pues, con la hipótesis de que la tasa de plusvalía es igual en todos los sectores de la economía, suponiendo una fuerza de trabajo homogénea, transferible y móvil.
La acumulación y el ejército de reserva: la teoría de la reproducción simple supone un sistema capitalista que conserva indefinidamente las mismas dimensiones y proporciones entre sus diversas partes. Para ello es imprescindible que los capitalistas repongan cada año el capital gastado o usado y empleen toda su plusvalía en el consumo, así como que los obreros gasten todo su salario en el consumo.
Las raíces de la acumulación: la reproducción simple implica la abstracción de lo más esencial en un sistema capitalista, es decir, el interés individual de ampliar el capital. Esta ampliación permite al sujeto capitalista a apropiarse indefinidamente de una mayor plusvalía, convertida en capital adicional. Este es el denominado “proceso de acumulación de capital”, fuerza motriz del desarrollo capitalista.
El ejército de reserva del trabajo: el ejército de reserva consiste en la permanente existencia de obreros desocupados que, mediante su competencia activa en el mercado de trabajo, ejercen una presión constante, hacia abajo, en el nivel del salario. De aquí se sigue que mientras más fuerte sea la tendencia de los salarios a subir, más fuerte será también la presión del ejército de reserva para contrarrestarla y viceversa.
Siguiente parada: naturaleza, proceso y crisis del capitalismo.Como concepto básico, podemos identificar un sistema capitalista cuando la propiedad de los medios de producción corresponde a un conjunto de individuos, mientras que otros realizan el trabajo necesario para la producción, trabajo que se convierte en una mercancía más dentro del sistema.
La fuerza de trabajo, convertida en mercancía, es el trabajador mismo, que vende su trabajo a cambio de un salario durante un periodo de tiempo determinado. En este caso, hay que desechar la posibilidad de que la plusvalía surja del proceso de circulación mercancías, pues no pueden transferir al producto más valor que el que en sí contienen. Así, el valor de la mercancía “fuerza de trabajo” es un concepto inseparable del de plusvalía, incluso se puede decir que la fuente de trabajo es la fuente de la plusvalía.
Siguiendo este hilo argumental, en un día, un trabajador produce más que los medios de subsistencia de un día, dividiéndose su jornada de trabajo en dos partes, trabajo necesario y trabajo excedente o plusvalía. Así, se puede dividir el valor
Podemos por todo lo anterior dividir el valor de cualquier mercancía producida en tres partes:
El valor de los materiales y la maquinaria usada.
La fuerza de trabajo necesaria.
La fuerza de trabajo excedente que crearía la plusvalía.
Marx trabaja, pues, con la hipótesis de que la tasa de plusvalía es igual en todos los sectores de la economía, suponiendo una fuerza de trabajo homogénea, transferible y móvil.
La acumulación y el ejército de reserva: la teoría de la reproducción simple supone un sistema capitalista que conserva indefinidamente las mismas dimensiones y proporciones entre sus diversas partes. Para ello es imprescindible que los capitalistas repongan cada año el capital gastado o usado y empleen toda su plusvalía en el consumo, así como que los obreros gasten todo su salario en el consumo.
Las raíces de la acumulación: la reproducción simple implica la abstracción de lo más esencial en un sistema capitalista, es decir, el interés individual de ampliar el capital. Esta ampliación permite al sujeto capitalista a apropiarse indefinidamente de una mayor plusvalía, convertida en capital adicional. Este es el denominado “proceso de acumulación de capital”, fuerza motriz del desarrollo capitalista.
El ejército de reserva del trabajo: el ejército de reserva consiste en la permanente existencia de obreros desocupados que, mediante su competencia activa en el mercado de trabajo, ejercen una presión constante, hacia abajo, en el nivel del salario. De aquí se sigue que mientras más fuerte sea la tendencia de los salarios a subir, más fuerte será también la presión del ejército de reserva para contrarrestarla y viceversa.
Siguiente parada: naturaleza, proceso y crisis del capitalismo.

Pensado por David González Haya el Jueves, 15 de Enero de 2009

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